Como bien lleva pasando a lo largo de todos los años desde que un deporte de ingleses llamado “football” desembarcara en nuestro país, cada club fundado se caracteriza por los colores de su camiseta, los cuales defiende y luce a lo largo y ancho de todas las ciudades a las que se desplaza. Durante estos más de ochenta años de historia de nuestra Liga, varios equipos han cambiado los colores de sus equipaciones bien haya sido por gustos o por evitar confusiones con clubes rivales. Ahora bien, nunca, y digo nunca, se hizo por fines comerciales.
Sin embargo, desde la implantación de la moda en el fútbol, poco a poco se han ido implantando contratos de patrocinio, de marcas deportivas o de cualquier otro tipo siempre y cuando sean lucrativos a través de los cuales siempre se benefician los mismos, muchas aficiones ven como temporada tras temporada su club, al que siguen desde bien pequeños, pierde poco a poco sus señas de identidad más importantes: los colores.
Y es que el enfado de aficiones como las del Cádiz CF, Sevilla FC, Club Atlético de Madrid (éste unas cuatro temporadas atrás) O RCD Espanyol, es totalmente comprensible. Analicemos la situación:
· Cádiz CF, fundado en 1910, camiseta amarilla y pantalón azul con medias azules. Eso sería la presentación que cualquier padre haría a su hijo para darle a conocer los datos más representativos del cadismo, pero eso se acabó. A partir de esta temporada, la del centenario, por cierto, y gracias a un contrato de patrocinio en el que la directiva, no contenta con la mala gestión que lleva al histórico equipo gaditano de vuelta a la segunda división B, decide, unilateralmente y sin el beneplácito de su afición, una de las más fieles de España, sustituír todos los detalles azules de la indumentaria por el amarillo, que reina de la cabeza a los pies, dando así una patada a la historia del equipo andaluz.
· Sevilla FC, fundado en 1905, camiseta blanca con ligeros detalles rojos. En este caso, nos resulta imposible achacar absolutamente nada a la directiva de José María del Nido en lo que a aspectos deportivos se refiere, pero sí en cuanto a aspectos comerciales. Tras la polémica suscitada por un sector de la afición que criticaba durante temporadas anteriores la bandera española en el costado de la camiseta sevillista para los partidos de competición europea (a mi parecer, totalmente injustificada la reacción de estos aficionados), esta temporada parece que las aguas del Nervión van a bajar revueltas. La camiseta presentada para la competición europea (la de la liga mantiene los colores históricos) es totalmente invertida a la habitual: roja con detalles en blanco. Resulta que después de trabajar durísimo durante toda una temporada para poder lucir tus colores en otros países europeos y darse aún más a conocer en el ámbito internacional, los aficionados al fútbol de otros países van a conocer al Sevilla FC por unas señas de identidad que no pertenecen al club. Y todo por los dichosos contratos de patrocinio.
· Atlético de Madrid, fundado en 1903, equipo que viste a franjas verticales rojas y blancas y RCD Espanyol de Barcelona, idénticos datos variando el color rojo por el azul, sufren historias paralelas con cuatro temporadas de diferencia. El primero, allá por 2006/2007 y el segundo por la temporada que va a comenzar. En un intento de hacer más merchandising por parte de sus directivas, ambas masas sociales ven como tras más de cien años de historia, se sustituyen las franjas verticales por una camiseta dividida al 50% de blanco y el otro 50% de azul o rojo, dependiendo del equipo. El tirón de camisetas en la afición periquita está por ver, parece que será muy pequeño, pero en la colchonera fue escaso, prácticamente nulo.
Tras todos estos datos, analizados, independientemente de los montantes económicos que recibiese cada club, así como de la venta de camisetas o artículos relacionados con las entidades, el equipo de elanalista comparte plenamente la opinión de todas las aficiones, nombradas y no nombradas, que en alguna ocasión han visto como las directivas, haciendo uso del término denominado “Fútbol Moderno”, han vendido la identidad de los clubes a los que dirigen a cambio de un puñado de euros. Los casos mostrados no son los más escépticos, sino los más comunes, y es que equipos como el Salzburg o el Figueres, vieron como sus equipos fueron renombrados como RedBull y Miapuesta.com respectivamente. Y es que desde nuestra posición queremos sumarnos a los que cada día más se enfrentan al fútbol negocio, dominado por televisiones y patrocinadores que buscan lucrarse a costa de los aficionados con el consiguiente visto bueno de sus clubes y sus directivas, a los que no les importa tener jornada liguera los lunes, rompiendo así tanto el ritmo de la liga como la esencia del fútbol los fines de semana, prostituir los colores de una camiseta a cambio de un buen contrato, comprar y vender jugadores no por calidad y juego, sino por comisión, precios disparados de las entradas sea cual sea el partido así como el desequitativo reparto de entradas para las diferentes finales que los clubes disputan, llevándose cantidades desproporcionadas patrocinadores e invitados por el club. Y es que se nos ocurre una pregunta para todos nuestros lectores: ¿quién manda realmente en el fútbol?
Andrés Pal
