miércoles, 2 de septiembre de 2009

Debate semanal: Liga de Filiales

En nuestro debate semanal traemos un tema que ha venido calentito desde hace más o menos 6 meses. Éste no es otro que la idea que surgió a mediados de la campaña 2008/2009 para fundar una posible Liga de Filiales que englobara los equipos B de todos los equipos de primera y segunda con el objetivo de dejar plazas libres en segunda B y tercera división para equipos modestos.

Este proyecto estaría formado por un grupo amplio de 42 equipos divididos en tres grupos en los que no se llevarían a cabo ascensos ni descensos.
Dichos equipos tendrían un cupo máximo de 25 jugadores por plantilla, obligando a que 20 de ellos tengan unas edades comprendidas entre 16 y 21 años y los cinco restantes podrían tener una edad superior a los 23 años, adoptando así el formato de convocatoria de los Juegos Olímpicos.

El formato de competición promete intensidad y entrega en todas y cada una de las jornadas. Dividida en tres fases, la primera consta de un cómputo total de 13 partidos en los que los clubes tendrán que darlo todo para acabar entre loscinco primeros clasificados o ser el mejor sexto, ya que dichas posiciones dan acceso a una segunda fase conocida como "Superliga", en la que todos los equipos se enfrentan entre sí a doble partido. El primer clasificado tendrá el honor de ser Campeón de España.
Mientras tanto, los equipos no clasificados se dividirán en dos grupos en los que lucharán para lograr una plaza en la Copa del Rey, competición que enfrentará a dichos clasificados con los equipos que jugaron la Superliga.

Desde el equipo de Elanalista opinamos que esta competición puede generar polémica sea cual sea la decisión que se tome con respecto a este proyecto.
En un primer lugar, quedan claras las diferencias entre los equipos que disputarían dicha competición, ya que un sólo equipo juega en la Liga Adelante (Villarreal B), mientras que 16 lo hacen en 2ªB, 18 en Tercera, 1 en Primera Andaluza, 2 en Preferente, 2 en categorías juveniles y el Huesca no posee equipo filial.

Por otro lado, si dichos equipos se agrupan en una competición común, dejarían disponibles nada más y nada menos que 35 plazas profesionales que podrían ser aprovechadas por otros treinta y cinco equipos modestos, teniendo de esta manera una oportunidad para crecer y darse a conocer.

Uno de los aspectos que más puede frenar esta idea es el poder del dinero. Mientras los clubes generan dinero mediante subvenciones, fichajes y demás bainas compartiendo categorías sus filiales con equipos semiprofesionales o profesionales, una liga de filiales podría frenar dichas ganancias, ya que se disminuiría la venta de entradas y se llevarían a cabo menos cesiones de las que existen actualmente, circunstancias negativas para dicha competición.

Por último, consideramos que esta competición podría ser beneficiosa para los chavales que vienen pisando fuerte en sus clubes, ya que podrían jugar a un nivel competitivo sin necesidad de marcharse a otras ciudades y el primer equipo podría tenerlos disponibles en cualquier momento. Todo un negocio para ellos.